La Estación de Metro de Nuevos Ministerios, situada bajo el Paseo de la Castellana, es el principal intercambiador de Madrid en el que confluyen ocho líneas de Renfe y tres de Metro. Transportan millones de pasajeros al más importante centro económico y comercial de la ciudad. Realizada en base a una arquitectura futurista, decora su enorme vestíbulo con un Mural gigante de 21 metros de altura por 100 de largo, que representa el perfil de la ciudad y el subsuelo vivo de la Castellana. Es el Diseño ganador de los arquitectos Vicente Pavón y Alberto Tellería, que proponen como obra de arte un Mural Multimedia integrador de arte y tecnología. Sobre una obra plástica del propio Tellería, ampliada a tamaño gigantesco por el laboratorio fotográfico Dinasa, es Arte Digital quien recibe el reto de incorporar la imagen en movimiento de los trenes del subsuelo a la obra pictórica que decorará el enorme vestíbulo. Una solución ideada por Javier Caballero, que Arte Digital desarrolla plenamente combinando imagen real e infográfica. Se representan tres grandes estaciones formadas por un tándem de 36 monitores sincronizados, que muestran ininterrumpidamente la imagen sintética de los trenes que llegan y marchan de las estaciones, recogiendo en cada ciclo a los viajeros que esperan. La película, fragmentada en treinta y seis escenas simultaneas y espacialmente consecutivas, fue rodada en Croma Key en el plató de Arte Digital & TVG para integrar los personajes reales y los diseños infográficos realizados a partir de la serie de fotografías del nuevo tren T100. Redibujado en capas en 3D Studio y con animación y composición en After Effects, para lograr el efecto de un tren en movimiento visto en todo su conjunto lateral. Una imagen prácticamente imposible de captar en forma real ya que haría falta meter el T100 en un plató de 100 metros de largo con una disponibilidad para tiro de cámara de otros 100 metros.
La sincronización de las 36 escenas y sus 36 monitores fue desarrollada por Arte Digital con el investigador Antonio Martín, reutilizando las cabezas de sonido de los lectores como registradores de los impulsos de sincronismos que se incorporaron a cada una de las escenas. Posteriormente Arte Digital, que recibió por parte de Metro de Madrid la concesión durante cinco años del mantenimiento del Mural, desarrolló un nuevo sistema de sincronización instalando un sólido raid de discos duros EDJE. Esta solución fue muy adecuada por su alta resistencia en entornos extremos. Desde su inicio la intención principal de la propuesta tecno-artística fue utilizar la enorme superficie de altura y de desarrollo horizontal del frontal del vestíbulo. Se consiguió ligar todo el espacio y todos los puntos de vista con un efecto unitario que particulariza la estación, y sirve de imagen de referencia y orientación en este mundo subterráneo de gran escala. Complemento a la impresionante riqueza espacial de los volúmenes generados, elemento referenciador de ámbitos y disecciones, el mural provoca en los usuarios sensaciones de grandiosidad y ascensionalidad. Es el gran foco de atención de una estación que alcanza una dimensión desconocida hasta el momento en las estaciones de la red madrileña, y se convierte en la referencia más destacada del Metro de Madrid..